En el post de esta semana vamos a hablar de un tema de importancia que pueden afectar a los más jóvenes: piercing y salud bucal. Desde la antigüedad, muchas culturas se adornaban la cara con diferentes tipos de artilugios. En nuestros días, este testigo lo han heredado muchos jóvenes (y no tan jóvenes) que usan diversos objetos para adornar su cuerpo como señal identidad.

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La academia dental americana se ha opuesto firmemente a este tipo de adornos, sobre todo cuando se colocan en los labios, lengua o boca. Ya que son muchas las complicaciones que pueden venir derivadas de su uso. Es importante decir, que según las estadísticas, el 85% de los portadores de piercing van a tener algún problema.

¿Que tipo de problemas puede acarrear?

  • En muchos de estos casos se producen infecciones de diferente grado, pudiendo llegar a complicarse y derivar incluso en Hepatitis B.
  • Otro problema que puede existir es el de las erosiones o fracturas dentales fruto del movimiento del piercing.
  • Los piercing con forma de anillo pueden ocasionar desgarros en las mucosas y por consecuente un traumatismo.
  • También, debido al uso de piercing y del rozamiento pueden ocurrir retracciones gingivales al cabo de seis u ocho meses.

En definitiva, son casi más las complicaciones que pueden acarrear este tipo de adornos que sus beneficios. La mejor forma de evitar estas complicaciones es no “jugar” o “toquetear” los piercing una vez colocados, y por supuesto, a la mas mínima lesión que se esté produciendo, acudir a un especialista.