La higiene oral es la mejor forma de prevenir las enfermedades estomatológicas más frecuentes, la gingivitis y la caries. El cepillado de los dientes elimina la placa bacteriana y otros residuos de alimentos de las caras externas e internas y de masticación de los dientes. Se recomienda también limpiar el espacio interproximal con seda dental, al menos una vez al día.

La higiene bucal debe realizarse 3 veces al día, después de las comidas principales con una duración de 2 minutos cada vez. El cepillado debe ser rutinario, empezando siempre por la misma zona y acabando igualmente en el mismo sitio, de esta manera nunca olvidaremos ninguna zona de la boca por cepillarnos.

La técnica de cepillado debe ser circular o vertical y nunca horizontal, salvo en las superficies de masticación de los molares. No es necesario hacer mucha fuerza, ya que la placa que acumulamos diariamente es una película que necesita poca fuerza para ser desprendida del diente aunque si es importante un determinado tiempo de aplicación. La parte posterior de incisivos superiores e inferiores debe realizarse colocando el cepillo de manera perpendicular al eje axial del diente. Una vez finalizado el cepillado de los dientes, se recomienda el cepillado de la cara interna de los carrillos y la cara dorsal de la lengua, ya que en estas zonas también se retiene placa bacteriana.

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Para completar la higiene bucal debemos usar seda dental en todos los espacios interdentarios. Para ello tomamos unos 50 cm de seda dental y lo anudamos alrededor de los dedos corazón de ambas manos, anudando más seda en un dedo que en otro. Mantenemos la seda tirante con los pulgares e índices, y deslizamos suavemente entre los dientes, teniendo cuidado de no dañar las encías. Curvaremos la seda alrededor de cada diente introduciéndola suavemente por debajo de la encía.