Los cepillos eléctricos son una alternativa que cada vez gana mayor popularidad tanto por la comodidad que ofrece a los usuarios, como por la profunda limpieza que realizan sobre los dientes y la boca en general, sin mayor esfuerzo. En este artículo queremos explicaros cómo funciona este dispositivo y cómo debemos usarlo.
Cómo funciona un cepillo de dientes eléctrico
La gran mayoría de cepillos de dientes eléctricos que se comercializan en la actualidad disponen de un cabezal extraíble; éste es el encargado de realizar rotaciones y movimientos oscilatorios de gran rapidez, en muchos casos acompañados de vibraciones que ayudan a garantizar una mayor limpieza. Este cabezal será el que debemos sustituir cuando aproximadamente cada tres meses por otro nuevo para garantizar la calidad del cepillado.
Gracias al cabezal rotatorio los cepillos eléctricos eliminan de forma eficaz el sarro, además de ayudar a la prevención de distintas enfermedades bucodentales. Además, existen alternativas que están enfocadas a condiciones específicas del paciente como la periodontitis o la gingivitis.
Cómo hay que cepillarse los dientes con un cepillo eléctrico
A diferencia de los cepillos manuales, en el caso de los eléctricos deben deslizarse de forma lenta sobre los dientes, sin hacer demasiada presión o cualquier movimiento o inclinación, todo el trabajo lo realiza solo, la persona únicamente debe guiarlo poco a poco sobre cada pieza dental. Situaremos el cepillo de forma frontal sobre la superficie dental a limpiar, manteniéndolo ahí sin ejercer demasiada presión el tiempo oportuno.
Primero debe dividirse la boca en cuatro cuadrantes: inferior interno, inferior externo, superior interno y superior externo, dedicando alrededor de treinta segundos en cada uno de ellos.
El tiempo de cepillado debe ser igual al de uno manual, es decir, un período de dos minutos, de este modo se garantiza que todos los dientes y la boca en general queden limpios.
Y tú qué prefieres usar para el cepillado de dientes: ¿un cepillo manual o uno eléctrico?