Hoy os hablamos sobre el desgaste dental, el motivo y las posibles consecuencias. Se trata de una patología bucodental más habitual de lo que podríamos pensar. ¡Por eso esperamos que os sea útil la información que compartimos! :)Los dientes tienen dos partes, lo que conocemos como corona -el diente en sí, que sirve para triturar alimentos- y la raíz. Teniendo en cuenta la estructura básica de una pieza dental, analicemos en qué consiste el desgaste dental.
el desgaste dental: origen y consecuencias
Si partiéramos de forma transversal un diente podríamos ver cómo es su interior. Precisamente dentro del diente la primera capa que podemos diferenciar es la dentina. La dentina en sí es bastante dura y consistente, y en su interior se aloja lo que comúnmente conocemos como nervio, que es la pulpa dentaria.
Por encima de la dentina, como dijimos anteriormente, tenemos la corona, que a su vez está recubierta por lo que conocemos como esmalte; es especialmente duro y resistente porque contiene hasta un 96% de sustancias minerales calcificadas. Al ser así de duro y resistente, el esmalte se convierte en el principal protector de la dentina, además de ser clave en la función masticatoria. El esmalte, al ser el tejido más duro del cuerpo humano, contiene también cierta fragilidad debido a esa dureza; ahí la mencionada dentina también hace su trabajo de soporte gracias a su textura y a su elasticidad.
Es cierto y lógico que se va produciendo un desgaste dental periódico a lo largo de nuestra vida, sobre todo debido al ejercicio de la masticación en el día a día. Esto transcurrirá dentro de circunstancias normales cuando un diente se encuentre con su oponente -choque entre dientes- en torno a unos 15 minutos al día. No más. Ese desgaste mínimo que se produciría manteniendo ese hábito de contacto entre dientes permitiría tener una calidad de esmalte importante durante toda la vida.
El problema comienza cuando el desgaste dental es patológico. De esta forma, el desgaste dental patológico puede ser por causas mecánicas o por causas químicas. Casi todos los casos de desgaste dental por causas mecánicas están relacionados con lo que conocemos como bruxismo (el rechinar o apretar los dientes habitual por diferentes motivos). También podría ser la causa de un deterioro del esmalte excesivo el consumo y la masticación de alimentos demasiado duros que pueden ser agresivos para el diente. Por causas químicas el ácido es el principal agente que puede resultar dañino para el esmalte. Así, cualquier ácido con un Ph muy bajo producirá un desgaste más elevado de lo habitual en el esmalte. Estos agentes ácidos pueden llegar a nuestros dientes desde el interior y también desde el exterior. Dentro de los elementos externos, podemos poner el ejemplo del consumo de limón (mordido directamente y en exceso) o bebidas carbonatas consumidas en exceso. El ácido interno que puede dañar el esmalte proviene del reflujo del estómago en el caso de la hernia de hiato; también en los casos de vómito frecuente como en enfermedades como la bulimia.